a mí, sí

Este blog nace para dar cabida a mis intereses, mis aficiones, mis ideas, mis pensamientos, lo que me apetezca escribir, lo que me apetezca opinar en un momento determinado. Política, cine, literatura, deporte,...
Si a alguien desea participar con sus comentarios, será un placer, para mí, leerlos. Una única norma, la misma que me aplico a mí mismo. Cualquier opinión será bienvenida. Lo mismo una que su contraria...
Pero no me permitiré ni permitiré la mala eduación, lo soez, lo chabacano, lo faltón, lo vulgar...
Todo eso, en "aunque a nadie le interese", está proscrito.
Bienvenidos.

miércoles, 17 de octubre de 2012

VUELA

Sobre montes de zarzas y lechos incendiados,
sobre el sendero oculto del amante perdido,
sobre la húmeda gruta del amor olvidado,
vuela.

Sobre arenas ardientes que esconden reptiles,
sobre rostros dementes de labios cuarteados,
sobre cielos desnudos de fuego inclemente,
vuela.

Sobre mares salvajes de monstruos dentados,
sobre la fría angustia del corazón hundido,
sobre la negra asfixia del pulmón anegado,
vuela.

Sobre tu aroma de frutas en las paredes preso,
sobre tu recuerdo presente en el cajón vacío,
sobre tu espacio en la cama con llanto cubierto,
vuela.
La esperanza.

martes, 16 de octubre de 2012

RESURRECCIÓN

Lo bueno de escribir un blog y titularlo "aunque a nadie le interese" es que te convences de que escribes para tí mismo. Cualquiera puede entrar, opinarte, adivinar qué leiste, viste o pensaste en un determinado momento, pero a tí te da igual. Escribes para tí. Para mí.

En las últimas entradas he incorporado poesías propias o ajenas, hablado de alguna película o de música. En estos momentos estoy aquí simple y llanamente, porque me apetece teclear, pulsar las letras, juntar las palabras, amalgamar las frases y seleccionar los punto y seguido y los punto y aparte. Me apetece.

Ayer fue un mal día. Muy malo. No lo pasé bien. Hoy, apenas 24 horas después he vuelto a ser el habitual, el payasete, el feliciano de la vida, el irónico, el pillo, el malévolo cuando se puede, el que encuentra parco el doble sentido,...

¿Qué ha cambiado? No lo sé muy bien. O sí. Da igual.

Me pasó una cosa terrible, dramática. Cumplía años. De nuevo. No es la primera vez. Me ha pasado más veces. Y es que ya llueve sobre mojado. Sabemos que hay una cifra marcada, una X, que es igual a los años que viviremos. Mi incógnita

X - mi edad = años pendientes

, se reduce imparablemente.

Así que, o rematamos el hundimiento que tenía el día anterior, o tiramos para arriba. Lo bueno de esto tan malo es que, por un día, pareces el rey del universo. Da la sensación que aquellas personas que te tienen en consideración, conscientes de los amargos momentos que vives, se confabulan para intentar disimularlo de la manera más agresiva. ¿Que te queda un año menos de vida? ¡Felicidades!

Porque te quieren, porque te aprecian, porque les caes bien, por educación...

Está bien. Estupendo. Todo depende del cristal por el que miras. Si ha de ser así, sea.

De modo que para arriba. Lo que ayer era negro, muy negro, hoy no se puede mirar de frente sin gafas oscuras. Lo que ayer era el fin, hoy es un seguir adelante. Lo que ayer era una soledad, hoy es una multitud.

Pero seré un cínico, un cínico vocacional, de hecho, pero no ingrato. Todos y cada uno, en su respectiva medida, me han hecho hoy mucho bien y se lo debo agradecer. Por amor, por aprecio, por cariño, por educación... ¿Realmente es importante porque se hace algo bueno?

Cuatro menciones honoríficas debo hacer entre tanta amabilidad.

Mi amor. No sé si te merezco.

Mi amiga a 11000 kilómetros. Un lujo imprescindible de amistad.

Mi hermano, tan cerca y tan lejos a veces. Pero le quiero más de lo que pensamos tanto él como yo.

Y un llavero que no esperaba, y que, por lo tanto, me ha hecho mucha ilusión.

Si algún lector ha llegado hasta aquí, lo siento. No quería molestar. Yo solo escribía para mí, aunque a nadie le interese.

sábado, 13 de octubre de 2012

WE ARE THE CHAMPIONS (QUEEN 3)

Entre el estado hibernativo en el que se mantuvo este blog durante más de medio año y el haber dedicado su reapertura a otros asuntos, tenía un poco olvidado el repaso a la discografía de Queen, que fue uno de los primeros temas que abordé. En su día lo hice con una primera entrada en la que repasaba los cuatro primeros discos, compartiendo con vosotros una canción de cada uno de ellos.

http://aunqueanadieleinterese.blogspot.com.es/2011/12/freddy-mercury-20-aniversario-queen-1.html

Dispuesto a seguir, encaré los siguientes álbumes solo para recordar que en el quinto se encuadraba "Somebody to love", una de las grandes canciones de la historia. No me quedó otro remedio que dedicar la entrada entera a ese temazo.

http://aunqueanadieleinterese.blogspot.com.es/2012/01/somebody-to-love-queen-2.html

Es momento ahora, por lo tanto, de continuar el recorrido donde se interrumpió. El sexto álbum apareció en octubre de 1977. Su título, "News of the world". Otro bombazo que logró cuatro discos de platino en los Estados Unidos y dos en el Reino Unido, así como otros muchos reconocimientos. Unas críticas iniciales un poco ambiguas, debidas al giro musical de la banda, que la acercaba más al pop-rock, tornaron finalmente en elogios, principalmente por los dos grandes himnos que abren el trabajo: "We will rock you", de Brian May, y, como no, "We are the champions", de Freddy Mercury.



Freddy quería un himno deportivo que animara a las masas y las hiciera cantar. Lo consiguió con creces, No hay otro tema que haya superado a "We are the champions" en ese menester. Fue compuesto en 1975, pero no lo incorporaron hasta este sexto álbum. Como single, alcanzó el número dos en las listas del Reino Unido y el cuatro en el Billboard Hot 100 de Estados Unidos.

Pero de pocas cosas puedo añadir que cualquiera que lea esto no conozca. Este himno se sigue escuchando hoy prácticamente a diario en multitud de diferentes especialidades deportivas. Una encuesta de Sony Ericsson la catalogó como la canción más popular del mundo. Aún más. Un estudio científico de 2011 llegó a la conclusión de que "We are the champions" era la canción más pegadiza de la historia...



Según estos científicos "Cada éxito musical depende de las matemáticas, la ciencia, la ingeniería y la tecnología, de la física y las frecuencias de sonido que determinan el tono y la armonía, a los procesadores digitales de alta tecnología y los sintetizadores que pueden agregar efectos para hacer una canción más pegadiza."

Pués eso.

Pero vamos a volver a escucharla.

En el Greatest Video Hits 1 aparece esta versión.



Años después, en el Live Aid la escuchamos junto al otro gran éxito de "News of the world", "We are the champions". Impresionante, simplemente impresionante.


Es bastante buena esta versión de Green Day en el Reading Festival de 2004.


No podía faltar, para rematar la entrada, la recordada actuación de Liza Minelle en el inolvidable concierto de homenaje a Freddy Mercury, en 1992. Aún tengo el vídeo de ese concierto, aunque ningún aparato donde insertarlo.


Por último, para el que la quiera cantar cuando la escuche, oportunidades no le faltarán, la letra.

I've paid my dues -
Time after time -
I've done my sentence
But committed no crime -
And bad mistakes
I've made a few
I've had my share of sand kicked in my face -
But I've come through

We are the champions - my friends
And we'll keep on fighting - till the end -
We are the champions -
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions - of the world -

I've taken my bows
And my curtain calls -
You brought me fame and fortuen and everything that goes with it
-
I thank you all -

But it's been no bed of roses
No pleasure cruise -
I consider it a challenge before the whole human race -
And I ain't gonna lose -

We are the champions - my friends
And we'll keep on fighting - till the end -
We are the champions -
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions - of the world -


viernes, 12 de octubre de 2012

VÍ...

Ví mi cabeza colgada de su cuello
con un collar de oro.
Ví mis ojos engarzados en sus dedos
como anillos negros y muertos.
Ví mi cabello opaco, grasiento,
rozar su muslo desnudo
cayendo de la cintura.
Ví entre sus blancos dientes de sangre
mi brazo desmembrado.
Mi muerte se reflejaba en sus pupilas glaciales
y por sus dedos 
corrían rojas lágrimas de mis ojos.
Mi dolor alimentaba su insano placer
y mi sangre saciaba su sed
de mí.
Ví,
extendí mi mano
y la acaricié.

miércoles, 10 de octubre de 2012

PIZARNIK

La poesía siempre nace desde lo más profundo de uno mismo. Se nutre de los propios sentimientos, se viste con el ropaje que cada cual pueda procurarle y se dispara hacia el exterior como un grito desgarrado o como una lágrima secreta, como un coro de faunos caprichosos o como el tarareo borracho de un mendigo.

La poesía, al fin, es una especie de eterno autorretrato de tus anhelos y despechos, de tus amores y tus fobias, de tus esperanzas y tus fatalismos.

Alejandra Pizarnik nació con la fecha de caducidad marcada a fuego en lo más profundo. Toda su vida llevó la misma dirección. 36 años de recorrido hasta la huida final. Desde la infelicidad de la infancia, hasta la depresión crónica que logró sanar para siempre al tercer intento.



Pero Alejandra Pizarnik no fue una niña infeliz, no fue una joven depresiva, no fue una suicida. Alejandra Pizarnik fue poesía. Y lo será para siempre.

De "Árbol de Diana" (1962)

He dado el salto de mi alba, 
he dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que naca

***

Solo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuidate de mí, amor mío,
cuídate de la silenciosa en el desierto,
de la viajera con el vaso vacio
y de la sombra de su sombra.

***

Ella desnuda en el paraíso
de su memoria,
ella desconoce el feroz destino,
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe.

***

No más las dulces metamorfosis de una niña de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla
su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento.

***

El poema que no digo,
el que no merezco, 
miedo de ser dos
camino del espejo
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

***

Alguna vez,
alguna vez tal vez, 
me iré sin quedarme,
me iré como quien se va.


domingo, 7 de octubre de 2012

Machuca

Dejé una Coca-Cola a la derecha del ordenador y me recosté en el sofá. En la pantalla, los títulos de crédito iniciales de "Machuca", una película que una buena amiga me había recomendado. Recomendaciones. Ya sabemos que las carga el diablo. Las propias y las ajenas. Yo mismo me he planteado retirar la palabra a mi hermano tras seguir sus consejos y ver determinadas "maravillas"... que devenían en auténticos pestiños... Insoportables... Os lo juro...

Debo reconocerlo. "Machuca" no ha sido el caso, gracias a Dios.



La película nos lleva inmediatamente al Chile de 1973. Es algo que ya te pone en situación. El Santiago de los días previos al golpe militar de septiembre de aquel año se nos va mostrando poco a poco, a través de los ojos de un niño de 11 años, hijo de un matrimonio bien situado.
A su exclusivo colegio de pago, llegan como alumnos unos niños de su edad pero extraídos de las barriadas más pobres de la ciudad. Entre ellos, Machuca.

No pretendo aquí hacer una sinopsis de la película. Prefiero centrarme en lo que a mí me pareció.

"Machuca" resulta muy correcta. Las películas para adultos que tienen a niños como protagonistas suelen tener una frescura diferente, una mayor naturalidad. Durante la primera mitad vamos ahondando en la amistad de ambos protagonistas. El colegio, los otros chiquillos, la casa y la familia de uno, la del otro...




Debo reconocer que en ese momento sospechaba que se me podía hacer un poco larga. Con la Coca-Cola acabada y un poco de cansancio del día en las pestañas, barajé la posibilidad de partir la película en dos días.

Sin embargo la historia me fue atrapando cada vez más. La amistad como leit motiv protagonista va como a regañadientes dejando paso a otros temas tan importantes o más, la problemática social, la situación política, la educación.

En general, la labor del plantel de actores es notable, muy creible.



El protagonista principal es Gonzalo Infante, interpretado por Matías Quer. Hace muy buen trabajo. Es el hilo conductor de toda la trama, el nexo común de las diferentes situaciones, por lo que su buen hacer resulta fundamental. Me gustó mucho.

Me dejó un poco más indiferente Ariel Mateluna en el rol de Pedro Machuca. Lo encontré más plano, sin aportar casi matices. No estropea el conjunto, pero queda por debajo de su compañero.




Además de Matías Quer, resaltaría a Aline Küppenheim, su madre en el film, que completa un trabajo muy seguro y convincente. Irreprochable, en mi opinión.

Mas aún por encima de ambos, yo destacaría la fantástica labor de Manuela Martelli en el papel de Silvana. Era su segunda aparición en una película, tras su debut en "B-Happy" y me resultó un absoluto descubrimiento. Manuela absorbe toda la energía de cada escena, con una vitalidad y un desparpajo arrolladores. Es potestad de los grandes actores el convertirse en protagonistas sin serlo. Me refiero a esos secundarios que, en cada escena en la que aparecen, se convierten en la estrella de la función. Martelli lo logra. La mejor, sin duda.



Debo decir que las escasas apariciones de Federico Luppi, un magnífico actor, sin duda, me han hecho, sin embargo, bajar mi puntuación de la película. No me creo su papel, no me creo su interpretación, me resulta innecesario, como si hubiera que buscar un hueco para que el gran Luppi, pusiera su firma. Me temo que, en este caso, "Machuca" sería un poco mejor sin esas escenas, que me parecen traidas por los pelos y superfluas.

A partir de aquí, y dependiendo del espectador, podemos analizar la película desde el aspecto que cada uno prefiera.



Obviamente, está la vertiente política, la del convulso Chile de Allende, el golpe militar, el Chile de Pinochet. Yo, en particular, me esperaba una mayor acentuación de este aspecto, pero no es así. "Machuca" pasa casi de puntillas por ello. Sí, vemos a unos y otros manifestándose, momios de derechas, momios de izquierdas. Pero son parte del conjunto, una pincelada del cuadro general. De hecho, y observándolo objetivamente, ni unos ni otros resultan muy favorecidos en el análisis. Lo que es de agradecer.

Está, también, la vertiente social, el dibujo de las desigualdades existentes entre los más y los menos desfavorecidos. Andrés Wood, el director, quiere incidir mucho en ello. Se nos muestran las tan diferentes condiciones de vida de una familia y la otra, pero sin entrar en grandes efectismos, sobriamente, casi con un lógico fatalismo. Las cosas son así. Siempre han sido así. Y siempre van a ser así, gobierne quien gobierne.

Mucho más interesante, desde mi subjetividad, son los últimos dos debates que este filme me sugiere.



Por un lado, la amistad, la posibilidad o imposibilidad de que esa amistad exista y se mantenga entre dos niños de mundos tan opuestos como pueden ser. Yo soy optimista en esta cuestión. Está claro que unas personas se mueven por unos círculos, otras por otros. Sin embargo, si las circunstancias de la vida te llevan a compartir determinados momentos con otra persona de un segmento social muy diferente, es fácil que cristalice a partir de ahí una amistad que, si es sincera, debe perdurar.

Y, por otro lado, el aspecto de "Machuca" que dejé para el final. Me refiero al sistema educativo. La dedicatoria es para el padre Gerardo Whelan, que había fallecido en 2003, un año antes del estreno. Este sacerdote impulsó innovadoras programas experimentales. El que nos viene al caso, por mor de la película, es el de un sistema de becas que puso en marcha, y que permitió que jóvenes de sectores más marginales de la sociedad accedieran a la misma educación que pagaban en su colegio las familias más pudientes.



Es un tema apasionante que daría para otra entrada. Nada más bello que imaginar una educación sobresaliente y universal. Nada más bello pero demasiado utópico. Mientras haya una educación gratuita y otra de pago, habrá desigualdades. No hay Gobierno que pueda disponer de los recursos económicos suficientes para evitarlo. Es un imposible. Pero la educación de pago no se puede eliminar. Sería un atentado a la libertad. Todo padre tiene derecho a buscar lo mejor para el desarrollo de su hijo, para procurarle lo que ningún Estado puede. Lo que no es óbice para que, en la medida de lo posible, las diferencias se acorten.

No me quiero extender más.

Apagué el ordenador y llevé la lata de Coca-Cola vacía a la basura. "Machuca" me había resultado muy interesante y me había dejado muy buen sabor de boca general. El suficiente como para superar el cansancio que tenía cuando empecé a verla y no levantarme hasta el final de sus casi dos horas de metraje. Es todo lo que le pido a una película.

Pero me voy a permitir, como en el largometraje, dedicar esta entrada al Padre Whelan.  Es de justicia.





domingo, 30 de septiembre de 2012

LA CARROÑA

En los paseos que damos con la perra por los diferentes rincones que nos ofrecen nuestras queridades Merindades es bastante habitual el encontrar restos de animales, patas desmembradas, huesos ya limpios...

Ayer, paseando por las campas que se extienden en el alto del Cabrio, frente a Bercedo de Montija, vimos un buen número de buitres sobrevolando la zona. Impresionan cuando les ves acercarse, expectantes. Te dan ganas de gritar "¡Estoy vivo!", por si acaso.

Entre unos matojos, nos hemos topado con el, es de suponer, objeto del interés de estas rapaces. Se trataba de un pobre corzo muerto. Se había refugiado allí para pasar sus últimos momentos. Ya le tenían localizado, pués los cuartos traseros ya habían servido de alimento a los carroñeros. Curiosamente, los delanteros y la cabeza estaban aún intactos.

Por esas típicas relaciones mentales, no he podido evitar recordar uno de mis poemas favoritos y he decidido compartirlo en este blog.

De la pluma de Baudelaire, "La carrroña":

Recuerda lo que vimos, alma mía,
esa mañana de verano tan dulce:
a la vuelta de un sendero una carroña infame
en un lecho sembrado de guijarros,

con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,
ardiente y sudando los venenos
abría de un modo negligente y cínico
su vientre lleno de exhalaciones.

El sol brillaba sobre esta podredumbre,
como para cocerla en su punto,
y devolver ciento por uno a la gran Naturaleza
todo lo que en su momento había unido;

y el cielo miraba el espléndido esqueleto
como flor que se abre.
Tan fuerte era el hedor que tú, en la hierba
creíste desmayarte.

Zumbaban las moscas sobre este vientre pútrido
del cual salían negros batallones
de larvas que manaban como un líquido espeso
por aquellos vivientes andrajos.

Todo aquello descendía y subía como una ola,
o se lanzaba chispeante
se hubiera dicho que el cuerpo, hinchado por un aliento vago,
vivía y se multiplicaba.

Y este mundo producía una música extraña
como el agua que corre y el viento
o el grano que un ahechador con movimiento rítmico
agita y voltea con su criba.

Las formas se borraban y no eran más que un sueño,
un esbozo tardo en aparecer
en la tela olvidada, y que el artista acaba
sólo de memoria.

Detrás de las rocas una perra inquieta
nos miraba con ojos enfadados,
espiando el momento de recuperar en el esqueleto
el trozo que había soltado.

Y, sin embargo, tú serás igual que esta basura,
que esta horrible infección,
¡estrella de mis ojos, sol de mi naturaleza,
tú, mi ángel y mi pasión!

¡Sí! tal tú serás, oh reina de las gracias,
después de los últimos sacramentos,
cuando vayas, bajo la hierba y las fértiles florescencias,
a enmohecer entre las osamentas.

Entonces, oh belleza mía, di a los gusanos
que te comerán a besos,
¡que he guardado la forma y la esencia divina
De mis amores descompuestos!