a mí, sí

Este blog nace para dar cabida a mis intereses, mis aficiones, mis ideas, mis pensamientos, lo que me apetezca escribir, lo que me apetezca opinar en un momento determinado. Política, cine, literatura, deporte,...
Si a alguien desea participar con sus comentarios, será un placer, para mí, leerlos. Una única norma, la misma que me aplico a mí mismo. Cualquier opinión será bienvenida. Lo mismo una que su contraria...
Pero no me permitiré ni permitiré la mala eduación, lo soez, lo chabacano, lo faltón, lo vulgar...
Todo eso, en "aunque a nadie le interese", está proscrito.
Bienvenidos.

martes, 16 de octubre de 2012

RESURRECCIÓN

Lo bueno de escribir un blog y titularlo "aunque a nadie le interese" es que te convences de que escribes para tí mismo. Cualquiera puede entrar, opinarte, adivinar qué leiste, viste o pensaste en un determinado momento, pero a tí te da igual. Escribes para tí. Para mí.

En las últimas entradas he incorporado poesías propias o ajenas, hablado de alguna película o de música. En estos momentos estoy aquí simple y llanamente, porque me apetece teclear, pulsar las letras, juntar las palabras, amalgamar las frases y seleccionar los punto y seguido y los punto y aparte. Me apetece.

Ayer fue un mal día. Muy malo. No lo pasé bien. Hoy, apenas 24 horas después he vuelto a ser el habitual, el payasete, el feliciano de la vida, el irónico, el pillo, el malévolo cuando se puede, el que encuentra parco el doble sentido,...

¿Qué ha cambiado? No lo sé muy bien. O sí. Da igual.

Me pasó una cosa terrible, dramática. Cumplía años. De nuevo. No es la primera vez. Me ha pasado más veces. Y es que ya llueve sobre mojado. Sabemos que hay una cifra marcada, una X, que es igual a los años que viviremos. Mi incógnita

X - mi edad = años pendientes

, se reduce imparablemente.

Así que, o rematamos el hundimiento que tenía el día anterior, o tiramos para arriba. Lo bueno de esto tan malo es que, por un día, pareces el rey del universo. Da la sensación que aquellas personas que te tienen en consideración, conscientes de los amargos momentos que vives, se confabulan para intentar disimularlo de la manera más agresiva. ¿Que te queda un año menos de vida? ¡Felicidades!

Porque te quieren, porque te aprecian, porque les caes bien, por educación...

Está bien. Estupendo. Todo depende del cristal por el que miras. Si ha de ser así, sea.

De modo que para arriba. Lo que ayer era negro, muy negro, hoy no se puede mirar de frente sin gafas oscuras. Lo que ayer era el fin, hoy es un seguir adelante. Lo que ayer era una soledad, hoy es una multitud.

Pero seré un cínico, un cínico vocacional, de hecho, pero no ingrato. Todos y cada uno, en su respectiva medida, me han hecho hoy mucho bien y se lo debo agradecer. Por amor, por aprecio, por cariño, por educación... ¿Realmente es importante porque se hace algo bueno?

Cuatro menciones honoríficas debo hacer entre tanta amabilidad.

Mi amor. No sé si te merezco.

Mi amiga a 11000 kilómetros. Un lujo imprescindible de amistad.

Mi hermano, tan cerca y tan lejos a veces. Pero le quiero más de lo que pensamos tanto él como yo.

Y un llavero que no esperaba, y que, por lo tanto, me ha hecho mucha ilusión.

Si algún lector ha llegado hasta aquí, lo siento. No quería molestar. Yo solo escribía para mí, aunque a nadie le interese.

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