a mí, sí

Este blog nace para dar cabida a mis intereses, mis aficiones, mis ideas, mis pensamientos, lo que me apetezca escribir, lo que me apetezca opinar en un momento determinado. Política, cine, literatura, deporte,...
Si a alguien desea participar con sus comentarios, será un placer, para mí, leerlos. Una única norma, la misma que me aplico a mí mismo. Cualquier opinión será bienvenida. Lo mismo una que su contraria...
Pero no me permitiré ni permitiré la mala eduación, lo soez, lo chabacano, lo faltón, lo vulgar...
Todo eso, en "aunque a nadie le interese", está proscrito.
Bienvenidos.

sábado, 13 de octubre de 2012

WE ARE THE CHAMPIONS (QUEEN 3)

Entre el estado hibernativo en el que se mantuvo este blog durante más de medio año y el haber dedicado su reapertura a otros asuntos, tenía un poco olvidado el repaso a la discografía de Queen, que fue uno de los primeros temas que abordé. En su día lo hice con una primera entrada en la que repasaba los cuatro primeros discos, compartiendo con vosotros una canción de cada uno de ellos.

http://aunqueanadieleinterese.blogspot.com.es/2011/12/freddy-mercury-20-aniversario-queen-1.html

Dispuesto a seguir, encaré los siguientes álbumes solo para recordar que en el quinto se encuadraba "Somebody to love", una de las grandes canciones de la historia. No me quedó otro remedio que dedicar la entrada entera a ese temazo.

http://aunqueanadieleinterese.blogspot.com.es/2012/01/somebody-to-love-queen-2.html

Es momento ahora, por lo tanto, de continuar el recorrido donde se interrumpió. El sexto álbum apareció en octubre de 1977. Su título, "News of the world". Otro bombazo que logró cuatro discos de platino en los Estados Unidos y dos en el Reino Unido, así como otros muchos reconocimientos. Unas críticas iniciales un poco ambiguas, debidas al giro musical de la banda, que la acercaba más al pop-rock, tornaron finalmente en elogios, principalmente por los dos grandes himnos que abren el trabajo: "We will rock you", de Brian May, y, como no, "We are the champions", de Freddy Mercury.



Freddy quería un himno deportivo que animara a las masas y las hiciera cantar. Lo consiguió con creces, No hay otro tema que haya superado a "We are the champions" en ese menester. Fue compuesto en 1975, pero no lo incorporaron hasta este sexto álbum. Como single, alcanzó el número dos en las listas del Reino Unido y el cuatro en el Billboard Hot 100 de Estados Unidos.

Pero de pocas cosas puedo añadir que cualquiera que lea esto no conozca. Este himno se sigue escuchando hoy prácticamente a diario en multitud de diferentes especialidades deportivas. Una encuesta de Sony Ericsson la catalogó como la canción más popular del mundo. Aún más. Un estudio científico de 2011 llegó a la conclusión de que "We are the champions" era la canción más pegadiza de la historia...



Según estos científicos "Cada éxito musical depende de las matemáticas, la ciencia, la ingeniería y la tecnología, de la física y las frecuencias de sonido que determinan el tono y la armonía, a los procesadores digitales de alta tecnología y los sintetizadores que pueden agregar efectos para hacer una canción más pegadiza."

Pués eso.

Pero vamos a volver a escucharla.

En el Greatest Video Hits 1 aparece esta versión.



Años después, en el Live Aid la escuchamos junto al otro gran éxito de "News of the world", "We are the champions". Impresionante, simplemente impresionante.


Es bastante buena esta versión de Green Day en el Reading Festival de 2004.


No podía faltar, para rematar la entrada, la recordada actuación de Liza Minelle en el inolvidable concierto de homenaje a Freddy Mercury, en 1992. Aún tengo el vídeo de ese concierto, aunque ningún aparato donde insertarlo.


Por último, para el que la quiera cantar cuando la escuche, oportunidades no le faltarán, la letra.

I've paid my dues -
Time after time -
I've done my sentence
But committed no crime -
And bad mistakes
I've made a few
I've had my share of sand kicked in my face -
But I've come through

We are the champions - my friends
And we'll keep on fighting - till the end -
We are the champions -
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions - of the world -

I've taken my bows
And my curtain calls -
You brought me fame and fortuen and everything that goes with it
-
I thank you all -

But it's been no bed of roses
No pleasure cruise -
I consider it a challenge before the whole human race -
And I ain't gonna lose -

We are the champions - my friends
And we'll keep on fighting - till the end -
We are the champions -
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions - of the world -


viernes, 12 de octubre de 2012

VÍ...

Ví mi cabeza colgada de su cuello
con un collar de oro.
Ví mis ojos engarzados en sus dedos
como anillos negros y muertos.
Ví mi cabello opaco, grasiento,
rozar su muslo desnudo
cayendo de la cintura.
Ví entre sus blancos dientes de sangre
mi brazo desmembrado.
Mi muerte se reflejaba en sus pupilas glaciales
y por sus dedos 
corrían rojas lágrimas de mis ojos.
Mi dolor alimentaba su insano placer
y mi sangre saciaba su sed
de mí.
Ví,
extendí mi mano
y la acaricié.

miércoles, 10 de octubre de 2012

PIZARNIK

La poesía siempre nace desde lo más profundo de uno mismo. Se nutre de los propios sentimientos, se viste con el ropaje que cada cual pueda procurarle y se dispara hacia el exterior como un grito desgarrado o como una lágrima secreta, como un coro de faunos caprichosos o como el tarareo borracho de un mendigo.

La poesía, al fin, es una especie de eterno autorretrato de tus anhelos y despechos, de tus amores y tus fobias, de tus esperanzas y tus fatalismos.

Alejandra Pizarnik nació con la fecha de caducidad marcada a fuego en lo más profundo. Toda su vida llevó la misma dirección. 36 años de recorrido hasta la huida final. Desde la infelicidad de la infancia, hasta la depresión crónica que logró sanar para siempre al tercer intento.



Pero Alejandra Pizarnik no fue una niña infeliz, no fue una joven depresiva, no fue una suicida. Alejandra Pizarnik fue poesía. Y lo será para siempre.

De "Árbol de Diana" (1962)

He dado el salto de mi alba, 
he dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que naca

***

Solo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuidate de mí, amor mío,
cuídate de la silenciosa en el desierto,
de la viajera con el vaso vacio
y de la sombra de su sombra.

***

Ella desnuda en el paraíso
de su memoria,
ella desconoce el feroz destino,
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe.

***

No más las dulces metamorfosis de una niña de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla
su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento.

***

El poema que no digo,
el que no merezco, 
miedo de ser dos
camino del espejo
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

***

Alguna vez,
alguna vez tal vez, 
me iré sin quedarme,
me iré como quien se va.


domingo, 7 de octubre de 2012

Machuca

Dejé una Coca-Cola a la derecha del ordenador y me recosté en el sofá. En la pantalla, los títulos de crédito iniciales de "Machuca", una película que una buena amiga me había recomendado. Recomendaciones. Ya sabemos que las carga el diablo. Las propias y las ajenas. Yo mismo me he planteado retirar la palabra a mi hermano tras seguir sus consejos y ver determinadas "maravillas"... que devenían en auténticos pestiños... Insoportables... Os lo juro...

Debo reconocerlo. "Machuca" no ha sido el caso, gracias a Dios.



La película nos lleva inmediatamente al Chile de 1973. Es algo que ya te pone en situación. El Santiago de los días previos al golpe militar de septiembre de aquel año se nos va mostrando poco a poco, a través de los ojos de un niño de 11 años, hijo de un matrimonio bien situado.
A su exclusivo colegio de pago, llegan como alumnos unos niños de su edad pero extraídos de las barriadas más pobres de la ciudad. Entre ellos, Machuca.

No pretendo aquí hacer una sinopsis de la película. Prefiero centrarme en lo que a mí me pareció.

"Machuca" resulta muy correcta. Las películas para adultos que tienen a niños como protagonistas suelen tener una frescura diferente, una mayor naturalidad. Durante la primera mitad vamos ahondando en la amistad de ambos protagonistas. El colegio, los otros chiquillos, la casa y la familia de uno, la del otro...




Debo reconocer que en ese momento sospechaba que se me podía hacer un poco larga. Con la Coca-Cola acabada y un poco de cansancio del día en las pestañas, barajé la posibilidad de partir la película en dos días.

Sin embargo la historia me fue atrapando cada vez más. La amistad como leit motiv protagonista va como a regañadientes dejando paso a otros temas tan importantes o más, la problemática social, la situación política, la educación.

En general, la labor del plantel de actores es notable, muy creible.



El protagonista principal es Gonzalo Infante, interpretado por Matías Quer. Hace muy buen trabajo. Es el hilo conductor de toda la trama, el nexo común de las diferentes situaciones, por lo que su buen hacer resulta fundamental. Me gustó mucho.

Me dejó un poco más indiferente Ariel Mateluna en el rol de Pedro Machuca. Lo encontré más plano, sin aportar casi matices. No estropea el conjunto, pero queda por debajo de su compañero.




Además de Matías Quer, resaltaría a Aline Küppenheim, su madre en el film, que completa un trabajo muy seguro y convincente. Irreprochable, en mi opinión.

Mas aún por encima de ambos, yo destacaría la fantástica labor de Manuela Martelli en el papel de Silvana. Era su segunda aparición en una película, tras su debut en "B-Happy" y me resultó un absoluto descubrimiento. Manuela absorbe toda la energía de cada escena, con una vitalidad y un desparpajo arrolladores. Es potestad de los grandes actores el convertirse en protagonistas sin serlo. Me refiero a esos secundarios que, en cada escena en la que aparecen, se convierten en la estrella de la función. Martelli lo logra. La mejor, sin duda.



Debo decir que las escasas apariciones de Federico Luppi, un magnífico actor, sin duda, me han hecho, sin embargo, bajar mi puntuación de la película. No me creo su papel, no me creo su interpretación, me resulta innecesario, como si hubiera que buscar un hueco para que el gran Luppi, pusiera su firma. Me temo que, en este caso, "Machuca" sería un poco mejor sin esas escenas, que me parecen traidas por los pelos y superfluas.

A partir de aquí, y dependiendo del espectador, podemos analizar la película desde el aspecto que cada uno prefiera.



Obviamente, está la vertiente política, la del convulso Chile de Allende, el golpe militar, el Chile de Pinochet. Yo, en particular, me esperaba una mayor acentuación de este aspecto, pero no es así. "Machuca" pasa casi de puntillas por ello. Sí, vemos a unos y otros manifestándose, momios de derechas, momios de izquierdas. Pero son parte del conjunto, una pincelada del cuadro general. De hecho, y observándolo objetivamente, ni unos ni otros resultan muy favorecidos en el análisis. Lo que es de agradecer.

Está, también, la vertiente social, el dibujo de las desigualdades existentes entre los más y los menos desfavorecidos. Andrés Wood, el director, quiere incidir mucho en ello. Se nos muestran las tan diferentes condiciones de vida de una familia y la otra, pero sin entrar en grandes efectismos, sobriamente, casi con un lógico fatalismo. Las cosas son así. Siempre han sido así. Y siempre van a ser así, gobierne quien gobierne.

Mucho más interesante, desde mi subjetividad, son los últimos dos debates que este filme me sugiere.



Por un lado, la amistad, la posibilidad o imposibilidad de que esa amistad exista y se mantenga entre dos niños de mundos tan opuestos como pueden ser. Yo soy optimista en esta cuestión. Está claro que unas personas se mueven por unos círculos, otras por otros. Sin embargo, si las circunstancias de la vida te llevan a compartir determinados momentos con otra persona de un segmento social muy diferente, es fácil que cristalice a partir de ahí una amistad que, si es sincera, debe perdurar.

Y, por otro lado, el aspecto de "Machuca" que dejé para el final. Me refiero al sistema educativo. La dedicatoria es para el padre Gerardo Whelan, que había fallecido en 2003, un año antes del estreno. Este sacerdote impulsó innovadoras programas experimentales. El que nos viene al caso, por mor de la película, es el de un sistema de becas que puso en marcha, y que permitió que jóvenes de sectores más marginales de la sociedad accedieran a la misma educación que pagaban en su colegio las familias más pudientes.



Es un tema apasionante que daría para otra entrada. Nada más bello que imaginar una educación sobresaliente y universal. Nada más bello pero demasiado utópico. Mientras haya una educación gratuita y otra de pago, habrá desigualdades. No hay Gobierno que pueda disponer de los recursos económicos suficientes para evitarlo. Es un imposible. Pero la educación de pago no se puede eliminar. Sería un atentado a la libertad. Todo padre tiene derecho a buscar lo mejor para el desarrollo de su hijo, para procurarle lo que ningún Estado puede. Lo que no es óbice para que, en la medida de lo posible, las diferencias se acorten.

No me quiero extender más.

Apagué el ordenador y llevé la lata de Coca-Cola vacía a la basura. "Machuca" me había resultado muy interesante y me había dejado muy buen sabor de boca general. El suficiente como para superar el cansancio que tenía cuando empecé a verla y no levantarme hasta el final de sus casi dos horas de metraje. Es todo lo que le pido a una película.

Pero me voy a permitir, como en el largometraje, dedicar esta entrada al Padre Whelan.  Es de justicia.





domingo, 30 de septiembre de 2012

LA CARROÑA

En los paseos que damos con la perra por los diferentes rincones que nos ofrecen nuestras queridades Merindades es bastante habitual el encontrar restos de animales, patas desmembradas, huesos ya limpios...

Ayer, paseando por las campas que se extienden en el alto del Cabrio, frente a Bercedo de Montija, vimos un buen número de buitres sobrevolando la zona. Impresionan cuando les ves acercarse, expectantes. Te dan ganas de gritar "¡Estoy vivo!", por si acaso.

Entre unos matojos, nos hemos topado con el, es de suponer, objeto del interés de estas rapaces. Se trataba de un pobre corzo muerto. Se había refugiado allí para pasar sus últimos momentos. Ya le tenían localizado, pués los cuartos traseros ya habían servido de alimento a los carroñeros. Curiosamente, los delanteros y la cabeza estaban aún intactos.

Por esas típicas relaciones mentales, no he podido evitar recordar uno de mis poemas favoritos y he decidido compartirlo en este blog.

De la pluma de Baudelaire, "La carrroña":

Recuerda lo que vimos, alma mía,
esa mañana de verano tan dulce:
a la vuelta de un sendero una carroña infame
en un lecho sembrado de guijarros,

con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,
ardiente y sudando los venenos
abría de un modo negligente y cínico
su vientre lleno de exhalaciones.

El sol brillaba sobre esta podredumbre,
como para cocerla en su punto,
y devolver ciento por uno a la gran Naturaleza
todo lo que en su momento había unido;

y el cielo miraba el espléndido esqueleto
como flor que se abre.
Tan fuerte era el hedor que tú, en la hierba
creíste desmayarte.

Zumbaban las moscas sobre este vientre pútrido
del cual salían negros batallones
de larvas que manaban como un líquido espeso
por aquellos vivientes andrajos.

Todo aquello descendía y subía como una ola,
o se lanzaba chispeante
se hubiera dicho que el cuerpo, hinchado por un aliento vago,
vivía y se multiplicaba.

Y este mundo producía una música extraña
como el agua que corre y el viento
o el grano que un ahechador con movimiento rítmico
agita y voltea con su criba.

Las formas se borraban y no eran más que un sueño,
un esbozo tardo en aparecer
en la tela olvidada, y que el artista acaba
sólo de memoria.

Detrás de las rocas una perra inquieta
nos miraba con ojos enfadados,
espiando el momento de recuperar en el esqueleto
el trozo que había soltado.

Y, sin embargo, tú serás igual que esta basura,
que esta horrible infección,
¡estrella de mis ojos, sol de mi naturaleza,
tú, mi ángel y mi pasión!

¡Sí! tal tú serás, oh reina de las gracias,
después de los últimos sacramentos,
cuando vayas, bajo la hierba y las fértiles florescencias,
a enmohecer entre las osamentas.

Entonces, oh belleza mía, di a los gusanos
que te comerán a besos,
¡que he guardado la forma y la esencia divina
De mis amores descompuestos!


jueves, 16 de agosto de 2012

Fernando Llorente, Javi Martínez y el Athletic

Corren tiempos revueltos para nuestro Athletic. La decisión de Fernando Llorente de buscarse nuevos horizontes ha caído como una losa sobre la institución. Sin embargo, solo ha sido el principio. Todo parece indicar que Javi Martínez va a dar el salto al fútbol alemán, al más prestigioso e histórico de sus clubes, el Bayern de Munich. Ojalá se quedaran, como hincha desde que nací lo digo, pero...

El asunto ha alcanzado el nivel suficiente para superar a la crisis y a nuestra indecente clase política autonómico-nacional como tema de conversación preferente.



Primero fue el delantero. Se suceden las opiniones de quienes pretenden llevar la discusión al nivel de lo trascendente, lo metafísico, casi lo espiritual. Y es que, claro, el Athletic es más que un club. Es un sentimiento.

Efectivamente, el Athletic es un sentimiento... Por supuesto. El Athletic es un sentimiento... y el Madrid...y el Barça...y el Atlético...y el Murcia...y el Liverpool...y el Yokohama Marinos... De hecho, todo equipo de fútbol es un sentimiento para muchas, muchas personas.

Lo que pasa es que Llorente no es un sentimiento, sino una persona. Como tal persona tiene que pelear por conseguir los logros, objetivos o metas que más le interesen.



Los trabajadores pueden:
a) no recibir oferta de trabajo alguna (por desgracia, pasa mucho hoy en día)
b) recibir una única oferta de trabajo (que puede aceptar o no, según le apetezca)
c) recibir más de una oferta de trabajo (caso, por ejemplo, de Llorente), lo que le lleva a tener que valorar las distintas circunstancias cara a elegir la más adecuada.

Ahí entran tantas variables como imaginar podamos. Sueldo fijo, extras por objetivos, país, ciudad, títulos a los que optas, competiciones en las que vayas a participar, bienestar familiar, ... y podemos seguir.

Que el equipo "sea un sentimiento" podría contar pero como todos lo son...



Que el equipo pretenda contar con la "mejor afición del mundo" podría contar pero como la mejor afición del mundo no existe... Porque, al menos todas las que yo conozco, la nuestra incluida, cuentan con elementos fascistoides que se dedican a insultar y/o agredir a rivales o a propios que lleven enseñas que no son de su agrado, o que silben lo que esta gente dice que hay que aplaudir o aplaudan lo que esta gente dice que hay que silbar. Y, por supuesto, esas actitudes no son compatibles con el galardón de "mejor afición del mundo". Habrá algún equipo libre de estos tumores malignos humanos, pero como ahora mismo no se me ocurre ninguno...




Que el equipo recuerde casos de jugadores que renunciaron a otras mejores condiciones contractuales por seguir en el club podría contar pero ¿existe algún club en el que no haya algún jugador dispuesto a permanecer aún con peores condiciones?... Desde Primera División hasta Regional, cada uno en su medida, en todos, todos, los equipos, encontrarás algún jugador que piense así. Es su derecho.

Que el equipo pretenda que "Llorente no sería nada si no fuera por el Athletic", como también se escucha estos días, podría contar pero, en realidad, ¿alguien se lo cree? O sea que Llorente ha llegado a lo que es por venir al Athletic. Si hubiera ido a Osasuna o al Zaragoza ahora estaría picando piedra en la cantera. De todos es sabido que si un jugador quiere llegar a algo tiene que crecer en el Athletic. Llorente, en otro equipo, no hubiera alcanzado ni el 1,85 cms. De hecho es sorprendente lo bien que juegan Ronaldo o Messi sin haber pasado por Lezama. Iker Jiménez tendrá alguna explicación para ese fenómeno.



A mí me suena ese argumento. Me lo achacó mi anterior empresa cuando recibí una oferta, que resultaba más interesante, por parte de otra. Con lo que yo había aprendido allí... En aquel entonces, personas que se indignan con la decisión del riojano, me aconsejaron que aceptara la oferta que más me convenía. Eso sí, Llorente, no. Llorente, en el Athletic, que para eso es un sentimiento.

Llorente está obligado a hacer lo que haría desde el primero hasta el último seguidor rojiblanco. Decidir lo que más le convenga. Punto.

Y, por otro lado, Javi Martínez. Si se confirma su salto al Bayern de Munich, no queda sino darle la enhorabuena. Marcharía a una competición modélica, una competición con campos llenos todos los fines de semana, una competición con equipos saneados y sin problemas económicos, marcharía a jugar en su más renobrado exponente, el Bayern, jugando cada año la Champions, peleando por ganarla, por ganar la Bundesliga... Un éxito, un paso adelante para él y un orgullo para Osasuna y Athletic, donde ha ido formándose poco a poco.



Espero que nuestro inefable Presidente, en ocasiones, sordomudo, en otras, ojalá lo fuera, no sea tan ridículo de buscar la forma de que Javi Martínez se vea obligado a pagar el IRPF. Vendiéndolo por la cláusula de rescisión no habría necesidad, y, así, el Athletic no quedaría como una especie de banda terrorista, secta o Mafia en la que se puede entrar, pero no salir.

Y, en el horizonte, Amorebieta (que en Inglaterra seguro podría triunfar) y Muniain.



sábado, 4 de agosto de 2012

Cuando fuimos los mejores...

Va para ocho meses sin asomarme por aquí. Motivos de sobra tengo. El más importante, simple falta de apetencia. No debo olvidar que ésto es una afición, un pequeño vicio. No es una razón ni un objetivo. Si sientes que tienes algo que decir, a otros o solo a tí mismo, adelante. Si no, ¿para qué molestarse?

He tenido otros blogs. He participado en otros más. He sentido esa sensación de que tu opinión importa, porque media docena de personas te leen (algo más de 200 fue mi record en un día). Por esos mundos de internet, a lo mejor, circulan entradas mías, incluso algunas que, ahora mismo, ya no comparto. Al fin y al cabo, yo escribo lo que pienso en un momento dado. Soy permeable a la argumentación y no me cuesta recular si me convencen.

Hoy estoy aquí. ¿Por qué? Pués por nada trascendente, tremendamente serio o importante. Venía de sacar a mi perra esta mañana en el coche y en el CD he oído aquella mítica canción de los difuntos Cicatriz, "Escupe".

Sólo una canción, punkarra, de aquellos años 80-90 que viví todo lo a tope que pude. Quizá no tanto como los miembros de Cicatriz. Solo uno ha sobrevivido, y no de los originales.

Pero a lo que voy. Fueron años hermosos. Sí, es posible que nos pasáramos demasiado. Es posible que nuestros padres sufrieran nuestros pequeños excesos. Éramos veinteañeros y queríamos disfrutar. Se podría decir que el período lunes a viernes no era más que una pequeña hibernación entre fin de semana y fin de semana... Pero tampoco era así porque, ¿acaso entre semana no se podía liarla también?

Han pasado muchos años, lustros, de hecho. Sin embargo, aún vivimos de aquellos recuerdos. Aún, cuando nos juntamos, o cuando hablamos con quienes no nos conocían por entonces, nos gusta recordar aquellas aventuras. Aquel salir el viernes, ir a urgencias de madrugada el sábado porque un amigo se había dado con la nariz en el suelo con tal de no derramar el kalimotxo, seguir el resto del sábado, dejar al amigo de la nariz rota en su casa, porque ya no podía más, y acabar tú en la tuya en la madrugada del domingo.

Aquel salir de trabajar a la medianoche de un día ignoto de entre semana, ir con el compañero a jugar una partida de mus con otros pérdidos de la media noche y acabar comiendo jamón a las cuatro de la mañana en una tasca de mala muerte.

Aquel llegar a casa con un amigo a las 8 de la mañana, encontrarte con tus padres y hermano pequeño a punto de salir hacia la playa y decirles que te vas a asear para ir a pasar el día al monte. Tras ello, salir, cruzar la calle y pedir otra ronda mañanera.

Aquel...

Habrá quien entienda echar así la vista atrás y zaherirse, y pensar "si hubiera hecho esto o lo otro", "si hubiera obedecido más", "si hubiera estudiado más", "si...".

No merece la pena, os lo juro. Ahora, muy próximo a los 45 años, que se dice pronto, miro hacia mi pasado y me alegro de decir que no me arrepiento de nada. Soy un cuarentón más o menos feliz. Vivo con la mujer que quiero. Procuro que nuestras vidas se rijan, en la medida de lo posible, por disfrutar juntos de lo que podamos disfrutar, sea un viaje o un capítulo de una serie de televisión.

Y si tengo algo claro es que, si cojo mi experiencia vital, si elimino de ella algo que se supone que fue un error, seguro que todo podría haber sido diferente. La vida es una sucesión de errores y aciertos y de sus consecuencias. La más mínima diferencia te lleva por otra senda. Quizá si hubiera hecho algo diferente sería un millonario que escribiría esto desde su propia isla en el Pacífico. Pero también podría ser un infeliz solitario. O un profesional bien pagado casado con una mujer insoportable... Véte a saber.

No, no merece la pena arrepentirse. Estamos donde estamos. Aprovechémoslo de la mejor manera posible. Procuremos disfrutar de la vida en la medida que ésta nos lo permita. No dejemos de hacer lo que queremos por el simple hecho de que a otros no les parezca bien. No hagamos lo que no queremos porque otros piensen que lo tenemos que hacer.

Es el único consejo que puedo dar. Vuestra vida es vuestra. ¡Vivirla!

Aquellos años, los 80-90, ¡qué buenos fueron! ¡Cuantos errores cometí! Pero, a pesar de todo, resulta que aún, hoy en día, décadas después, los sigo disfrutanto.

Aunque sea a través del recuerdo de aquellos tiempos, "Cuando fuimos los mejores",,, Grande Loquillo...