En ocasiones pasan días sin que apetezca escribir. Otras veces, tienes un rato libre y acometes esa entrada que tenías pensada hace semanas. Pero también están, como hoy, los días en que sientes que tienes que explicar lo que has sentido al ver una noticia, una escena cotidiana o leído un artículo.
Este último es el caso que me ocupa en estos momentos. Me refiero al artículo que firmaba hoy Cristina López Schlichting en La Razón. Su título: "Llenaré tus días de vida".
Lógicamente no lo voy a reescribir aquí. Para eso está el enlace. Lo que quiero comunicaros es la angustia y el dolor que he sentido ante el drama de una familia francesa. Otro de tantos que se dan por todo el mundo. Unos nos llegan, pero la mayoría, no.
La madre se llama Anne Dauphine Julliand. Estaba en cinta de su tercer hijo cuando observó que la segunda, Thais, de poco menos de dos años, empezó a torcer un poco un piececito al andar. El diagnóstico, terrible, abrumador. Leucodistrofía metacromática. Dos meses después, la pequeña ya no andaba.
En no mucho tiempo, la niña perdió el habla, el oído, la vista. También el tacto... El bebé que estaban esperando nació con la misma enfermedad.
Es aquí donde lo que yo escribo se aleja, hasta el infinito, de lo que aparece en la columna. Temo, de hecho, que con esta entrada, este comentario, en realidad, sobre ese artículo, esté pervirtiendo lo que Schlichting nos quiere comunicar.
El artículo es un canto al amor, a la esperanza, al coraje, la valentía, la amistad... Un homenaje para esa familia destrozada, pero, aún así, optimista. Os recomiendo encarecidamente su lectura.
Pero por hermosa, bella, que sea esa moraleja, debo confesar que en mi ánimo ha cundido una angustia, un desasosiego, un dolor, que me han obligado a sentarme ante esta pantalla.
Admiro a esos padres. Admiro a tantos otros con historias semejantes. Mas confieso que yo me veo incapaz.
Es difícil anticipar de lo que somos capaces. Nunca podemos decir, con certeza, cómo reaccionaríamos ante dramas de este calibre. El ser humano es sorprendente. Muchas veces, incluso para sí mismo.
Pero en estos momentos, cuando ya hace un buen rato que acabé la lectura del artículo, siento, aún, una desazón y una tristeza que me supera. No. Yo no me creo capaz de sobrellevar una situación así.
No me creo capaz de levantarme cada día y ver a mi pequeño un poco peor que ayer. No me creo capaz de seguir adelante sabiendo que no hay esperanza. No me creo capaz de darle la felicidad y la alegría que los padres de Thais y Azylis, la primera, ya en el Cielo, hicieron sentir a esas niñas.
Simplemente, no me creo capaz de soportar tanto dolor.
No voy a seguir. No he sido justo con vosotros. Me he sentido tan mal, hasta el borde de las lágrimas, que he intentado de trasladaros un poco de ese sentimiento, de esa angustia. No, no he sido justo.
Pero es que es tan injusto todo...
a mí, sí
Este blog nace para dar cabida a mis intereses, mis aficiones, mis ideas, mis pensamientos, lo que me apetezca escribir, lo que me apetezca opinar en un momento determinado. Política, cine, literatura, deporte,...
Si a alguien desea participar con sus comentarios, será un placer, para mí, leerlos. Una única norma, la misma que me aplico a mí mismo. Cualquier opinión será bienvenida. Lo mismo una que su contraria...
Pero no me permitiré ni permitiré la mala eduación, lo soez, lo chabacano, lo faltón, lo vulgar...
Todo eso, en "aunque a nadie le interese", está proscrito.
Bienvenidos.
Si a alguien desea participar con sus comentarios, será un placer, para mí, leerlos. Una única norma, la misma que me aplico a mí mismo. Cualquier opinión será bienvenida. Lo mismo una que su contraria...
Pero no me permitiré ni permitiré la mala eduación, lo soez, lo chabacano, lo faltón, lo vulgar...
Todo eso, en "aunque a nadie le interese", está proscrito.
Bienvenidos.
Hola H.T.
ResponderEliminarHe leído el enlace, madre mía que triste amigo.
La verdad es una verdadera angustia, eso si llevada con mucho amor.
Hay enfermedades muy crueles, todas lo son pero las hay muy mala, que si no fuera por el amor de sus gente queridas seria todavía más cruel y más angustioso de llevar.
Nadie está preparado para estas cosas, más cuando se trata de niños, y si amigo la vida es injusta y cruel en esto a veces no tiene distinciones.
Saludos cordiales amigo.
PD- No me extraña que te sintieras mal amigo, la conciencia y el sentimiento hacen estas cosas.Animo.
Me pareció escalofriante, E..P.. Es cierto que, al ser los protagonistas unas niñas, bebés casi, es más dramático aún. La vida puede ser terrible en muchas ocasiones.
ResponderEliminar