a mí, sí

Este blog nace para dar cabida a mis intereses, mis aficiones, mis ideas, mis pensamientos, lo que me apetezca escribir, lo que me apetezca opinar en un momento determinado. Política, cine, literatura, deporte,...
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sábado, 18 de febrero de 2012

Les Luthiers, en la cumbre del humor

Llegué tarde al mundo de Les Luthiers. Este grupo argentino de humor y música había sido fundado en los años sesenta por Gerardo Masana, un arquitecto descendiente de catalanes. Corría el 1964 cuando Masana, que participaba del Coro de Ingeniería de la UBA (Universidad de Buenos Aires), se presentó a un ensayo con un libreto y unas partituras bajo el brazo, una caja con pelucas y un sueño: poner en escena una opereta cómica llamada Il figlio del pirata, con música de Carlos Mangiagalli. La obra había sido estrenada en Madrid en 1883, y desde entonces, había pasado al olvido. Así lo narran en su propia página oficial los geniales Les Luthiers. Presentada el 26 de septiembre de aquel año, supuso un gran éxito. Cuatro miembros futuros del grupo participaron de él. Masana fallecería de leucemia en 1973. Los otros tres, Marcos Mundstock, Daniel Rabinovich y Carlos Núñez aún hoy en día, 48 años más tarde, siguen. Jorge Maronna se incorporaría en el segundo espectáculo, la Cantata Modatón (compuesta al estilo de Johan Sebastian Bach, pero con letra extraída del prospecto de un laxante). El quinto componente actual, Carlos López Puccio lleva con ellos desde 1970.
No quiero hacer aquí un resumen de su trayectoria. Su página oficial es el mejor sitio para hacerlo. Una completa información de toda la historia del grupo, giras, etc..., así como una pestaña, "G. Masana", recordando a su fundador.Yo tuve que esperar a la emisión en TVE de una actuación conmemorativa de su 20 aniversario para conocerles. Era un domingo, aún lo recuerdo. Lo grabé. Esa cinta cundió, cundió muchísimo. La vi, al menos, una docena de veces. Cada vez que pillaba por banda algún familiar o amigo despistado, ¡zas!, se la hacía ver. Éxito tras éxito.
Los componentes del grupo son virtuosos instrumentistas, no sólo de elementos convencionales, sino de otros de propia elaboración. Con todo, lo mejor, para mi gusto, es su humor, radicalmente alejado de la vulgaridad y la chabacanería. Es un humor sutil, inteligente, donde no puedes esperar ninguna palabra malsonante, ni caca, ni pedo, ni pis.
Hace cinco años, la ciudad de Buenos Aires les declaró, por unanimidad, Ciudadanos Ilustres. Aquí, en España, el Gobierno les otorgó la Encomienda del Número de la Orden de Isabel la Católica, lo que les confiere el tratamiento de Ilustrísimos Señores.
Pero todo esto sirve, tan sólo, a modo de presentación. El verdadero objeto de esta entrada es compartir con vosotros unos sketches de Les Luthiers. Para quien ya los conociera, buen momento para recordarlos. No sé de nadie que los haya visto y no haya disfrutado como un enano. Para quien no, nunca es tarde si la dicha es buena.
El primero se titula Romance del joven conde. En él, previo a la interpretación de dicho Romance, Marcos Mundstock nos narra, de una manera impagable, los estudios del autor, el Maestro Mastropiero (uno de los personajes típicos del universo Luthier) sobre los distintos sonidos que emiten los animales, cara a emplearlos en sus composiciones.



El segundo es la primera parte del sketch Encuentro en el Restaurante. Se trata de una obra de un compositor húngaro. El problema es que, al ir a leer la introducción a la misma, Mundstock descubre que le falta la hoja.



Para no hacer esta entrada demasiado extensa, dado que serían multitud los vídeos que compartiría con vosotros, concluyo con el tercer sketch. Se trata de uno de los más famosos. Monólogo Rabinovich es lo suficientemente conocido como para que abunden en youtube las versiones de innumerables imitadores. Daniel Rabinovich es el más "ganso" de los cinco, y bien que lo demuestra.



Espero que os hayan hecho pasar un buen rato, como el que yo pude disfrutar en 2010 cuando, por fin, pude verles en directo. Un recuerdo imborrable.

2 comentarios:

  1. Parece que llegué un poco tarde pero me pareció muy divertido.

    Un abrazo

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  2. Verles aquel día en el palacio Euskalduna fue un placer inmenso y un recuerdo imborrable :)

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