El asunto ha alcanzado el nivel suficiente para superar a la crisis y a nuestra indecente clase política autonómico-nacional como tema de conversación preferente.
Primero fue el delantero. Se suceden las opiniones de quienes pretenden llevar la discusión al nivel de lo trascendente, lo metafísico, casi lo espiritual. Y es que, claro, el Athletic es más que un club. Es un sentimiento.
Efectivamente, el Athletic es un sentimiento... Por supuesto. El Athletic es un sentimiento... y el Madrid...y el Barça...y el Atlético...y el Murcia...y el Liverpool...y el Yokohama Marinos... De hecho, todo equipo de fútbol es un sentimiento para muchas, muchas personas.
Lo que pasa es que Llorente no es un sentimiento, sino una persona. Como tal persona tiene que pelear por conseguir los logros, objetivos o metas que más le interesen.
Los trabajadores pueden:
a) no recibir oferta de trabajo alguna (por desgracia, pasa mucho hoy en día)
b) recibir una única oferta de trabajo (que puede aceptar o no, según le apetezca)
c) recibir más de una oferta de trabajo (caso, por ejemplo, de Llorente), lo que le lleva a tener que valorar las distintas circunstancias cara a elegir la más adecuada.
Ahí entran tantas variables como imaginar podamos. Sueldo fijo, extras por objetivos, país, ciudad, títulos a los que optas, competiciones en las que vayas a participar, bienestar familiar, ... y podemos seguir.
Que el equipo "sea un sentimiento" podría contar pero como todos lo son...
Que el equipo pretenda contar con la "mejor afición del mundo" podría contar pero como la mejor afición del mundo no existe... Porque, al menos todas las que yo conozco, la nuestra incluida, cuentan con elementos fascistoides que se dedican a insultar y/o agredir a rivales o a propios que lleven enseñas que no son de su agrado, o que silben lo que esta gente dice que hay que aplaudir o aplaudan lo que esta gente dice que hay que silbar. Y, por supuesto, esas actitudes no son compatibles con el galardón de "mejor afición del mundo". Habrá algún equipo libre de estos tumores malignos humanos, pero como ahora mismo no se me ocurre ninguno...
Que el equipo recuerde casos de jugadores que renunciaron a otras mejores condiciones contractuales por seguir en el club podría contar pero ¿existe algún club en el que no haya algún jugador dispuesto a permanecer aún con peores condiciones?... Desde Primera División hasta Regional, cada uno en su medida, en todos, todos, los equipos, encontrarás algún jugador que piense así. Es su derecho.
Que el equipo pretenda que "Llorente no sería nada si no fuera por el Athletic", como también se escucha estos días, podría contar pero, en realidad, ¿alguien se lo cree? O sea que Llorente ha llegado a lo que es por venir al Athletic. Si hubiera ido a Osasuna o al Zaragoza ahora estaría picando piedra en la cantera. De todos es sabido que si un jugador quiere llegar a algo tiene que crecer en el Athletic. Llorente, en otro equipo, no hubiera alcanzado ni el 1,85 cms. De hecho es sorprendente lo bien que juegan Ronaldo o Messi sin haber pasado por Lezama. Iker Jiménez tendrá alguna explicación para ese fenómeno.
A mí me suena ese argumento. Me lo achacó mi anterior empresa cuando recibí una oferta, que resultaba más interesante, por parte de otra. Con lo que yo había aprendido allí... En aquel entonces, personas que se indignan con la decisión del riojano, me aconsejaron que aceptara la oferta que más me convenía. Eso sí, Llorente, no. Llorente, en el Athletic, que para eso es un sentimiento.
Llorente está obligado a hacer lo que haría desde el primero hasta el último seguidor rojiblanco. Decidir lo que más le convenga. Punto.
Y, por otro lado, Javi Martínez. Si se confirma su salto al Bayern de Munich, no queda sino darle la enhorabuena. Marcharía a una competición modélica, una competición con campos llenos todos los fines de semana, una competición con equipos saneados y sin problemas económicos, marcharía a jugar en su más renobrado exponente, el Bayern, jugando cada año la Champions, peleando por ganarla, por ganar la Bundesliga... Un éxito, un paso adelante para él y un orgullo para Osasuna y Athletic, donde ha ido formándose poco a poco.
Espero que nuestro inefable Presidente, en ocasiones, sordomudo, en otras, ojalá lo fuera, no sea tan ridículo de buscar la forma de que Javi Martínez se vea obligado a pagar el IRPF. Vendiéndolo por la cláusula de rescisión no habría necesidad, y, así, el Athletic no quedaría como una especie de banda terrorista, secta o Mafia en la que se puede entrar, pero no salir.
Y, en el horizonte, Amorebieta (que en Inglaterra seguro podría triunfar) y Muniain.